Estados Unidos y RD: Un siglo de transformación, interdependencia y soberanía (1916–2024)

La comunidad dominicana en EE.UU., el turismo y la inversión extranjera fortalecen la estabilidad y desarrollo económico del país.

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Estados Unidos y RD: Un siglo de transformación, interdependencia y soberanía (1916–2024)

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Santo Domingo.– Rusia es una potencia determinante en Asia y en parte de Europa, como lo es Estados Unidos en el Hemisferio Occidental. En ese contexto geopolítico, el caso de la República Dominicana se convierte en un ejemplo singular: un país pequeño, pero con una capacidad notable para reorganizarse, reconstruirse y afirmar su identidad nacional aun dentro de la influencia inevitable de una gran potencia vecina.

Estados Unidos ha desempeñado un papel decisivo en la creación y consolidación del Estado moderno de la República Dominicana. Tras un período de inestabilidad política, guerras civiles y luchas caudillistas posteriores al asesinato del presidente Ramón Cáceres en 1911, la intervención de la Infantería de Marina (1916–1924) impuso un proceso de reorganización institucional que sentó las bases del país contemporáneo. Pero esa historia —determinante, sí— no disminuye el mérito dominicano: sin un pueblo con capacidad de adaptación, disciplina social y cultura política, ninguna reforma extranjera habría sobrevivido.

No fue Rafael Trujillo exclusivamente con su dictadura de 31 años el organizador del Estado dominicano. En realidad, Trujillo surgió como producto directo de la formación militar y de las estructuras creadas por el Gobierno Militar estadounidense.

Sin embargo, su consolidación del Estado —pese a su autoritarismo— fue posible porque encontró una sociedad que deseaba orden, modernización y estabilidad.

El asesinato de Cáceres abrió una grieta profunda: el Estado se fragmentó, las finanzas colapsaron y los caudillos recuperaron poder. La nación quedó sin administración moderna ni Ejército funcional.

Entre 1911 y 1916, el país se deslizó hacia el colapso, sin capacidad para sostener un gobierno estable ni la integridad territorial.

La intervención militar estadounidense y la reorganización institucional

La ocupación estadounidense entre 1916 y 1924 impuso un gobierno de necesidad que reorganizó desde cero el aparato estatal.

Los Marines crearon la Guardia Nacional Dominicana, reformaron el sistema fiscal y aduanal, construyeron carreteras, puentes y líneas telegráficas, modernizaron el registro administrativo y profesionalizaron la administración pública.

Sin esa intervención, la República Dominicana pudo haber seguido el rumbo de Haití: fragmentación permanente y colapso institucional. Pero también es cierto que el pueblo dominicano, con su cultura de organización local y su tradición de resiliencia, asimiló y dio continuidad a esas reformas.

Con la salida de los Estados Unidos en 1924, el gobierno de Horacio Vásquez intentó mantener el orden, pero la política tradicional dominicana volvió a imponerse.

Las tensiones internas desembocaron en el golpe de 1930, que catapultó al poder a Rafael Leónidas Trujillo, formado precisamente en la Guardia Nacional creada por los Marines.

El régimen de Trujillo y la consolidación del Estado dominicano

El régimen de Trujillo (1930–1961), con todas sus sombras autoritarias, construyó la arquitectura institucional y material del país moderno. Su obra —administración centralizada, infraestructura nacional, carreteras, puertos, presas, educación, salud, urbanización— definió la estructura del Estado dominicano contemporáneo.

La diferencia con Haití se explica tanto por las bases estadounidenses como por la continuidad administrativa que el propio Trujillo impuso.

Tras el asesinato de Trujillo en 1961, el país entró en un vacío de poder. El breve gobierno de Juan Bosch en 1963, aunque visionario, carecía del aparato estatal necesario para sostener reformas profundas. El colapso político condujo a la Guerra de Abril de 1965.

La segunda intervención militar de los Estados Unidos en 1965 evitó una guerra civil prolongada o una alineación internacional similar a la de Cuba. Washington contuvo la polarización, estabilizó el territorio y abrió el camino para las elecciones de 1966 que dieron inicio a una etapa de reconstrucción institucional.

El período 1966–2024 representa la consolidación de un país moderno. El presidente Joaquín Balaguer reconstruyó el orden físico y administrativo del Estado.

Entre 1978 y 1996 se estableció una democracia competitiva. Entre 1996 y 2024, la República Dominicana fortaleció su estabilidad institucional, su economía diversificada, su clase media en expansión y una infraestructura nacional comparable con países de mayor escala económica.

Relaciones económicas y cooperación en seguridad entre República Dominicana y Estados Unidos

Las relaciones entre los dos países trascendieron las intervenciones militares para convertirse en una alianza estratégica humana, económica y cultural.

La comunidad dominicana en los Estados Unidos —más de dos millones de personas— se transformó en uno de los motores económicos y sociales del país. Las remesas sostienen millones de familias y constituyen un puente permanente entre ambas naciones.

El turismo, fundamental para el desarrollo dominicano, depende en más de un 40% del mercado estadounidense. Ese flujo impulsa empleos, inversión, infraestructura hotelera y conectividad aérea. El país ha sabido convertir esa ventaja en una industria global respetada.

En el comercio, Estados Unidos es el principal socio económico. El DR-CAFTA consolidó una integración profunda en manufactura ligera, textiles, productos médicos, agroindustria y zonas francas. La República Dominicana se convirtió en un centro logístico del Caribe directamente conectado al mercado norteamericano.

    La inversión estadounidense en hoteles, energía, tecnología, telecomunicaciones, minería y servicios financieros ha ampliado el dinamismo económico nacional. Este capital extranjero no sustituye la identidad dominicana; la potencia de nuestra cultura, nuestra creatividad y nuestra economía ha convertido esa inversión en progreso real.

    En materia de seguridad, la cooperación entre ambos países ha sido determinante. Programas conjuntos contra el narcotráfico, crimen organizado y tráfico de armas han contribuido a mantener un territorio controlado.

    La República Dominicana, a diferencia de Haití, cuenta con instituciones funcionales y un sistema de seguridad que evita el colapso estatal.

    Tres pilares:

    La República Dominicana moderna es resultado de tres pilares históricos: la reorganización institucional creada por los Estados Unidos (1916–1924), la consolidación estatal durante el régimen de Trujillo (1930–1961) y la intervención estadounidense de 1965 que evitó una guerra civil prolongada.

    Pero también es fruto del esfuerzo propio del pueblo dominicano, de su capacidad para absorber reformas, defender su soberanía y construir un país estable, moderno y respetado.

    Sin los Estados Unidos no existiría el Estado dominicano moderno; sin Trujillo no habría adquirido su solidez institucional; y sin la comunidad dominicana en los Estados Unidos, el turismo, el comercio, las inversiones y la cooperación en seguridad, el país no habría alcanzado la estabilidad y prosperidad actuales.

      Todo ello, sin embargo, no resta mérito a la fortaleza, la dignidad y la identidad del pueblo dominicano: un país que ha sabido defender su soberanía, construir su democracia y avanzar con orgullo propio, incluso dentro de la inevitable influencia de la potencia hemisférica.

      Victor Grimaldi Céspedes

      Victor Grimaldi Céspedes

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