¿Qué es el doxing y por qué es tan peligroso?

Santiago.– Alguien publicó en redes sociales el nombre y la ubicación del colegio donde estudian los hijos de una fiscal. Lo que para algunos pudo parecer un simple dato compartido, en realidad constituye una grave vulneración de la privacidad conocida como doxing, una práctica cada vez más frecuente y peligrosa en el entorno digital.

El doxing consiste en recopilar y divulgar información personal sin consentimiento, con la intención de causar daño, intimidar o presionar a la persona afectada. No solo compromete la seguridad de la víctima directa, sino también la de sus familiares, amigos y cualquier persona de su círculo cercano.

El término surge del inglés "dox", abreviatura de documents, y se usa para describir la exposición pública de datos sensibles. A diferencia de otros ciberataques dirigidos a miles de usuarios, el doxing actúa como un disparo de precisión: busca perjudicar a un individuo o grupo específico.

La información que se expone puede incluir desde teléfonos, direcciones y correos electrónicos hasta datos financieros, archivos personales, historiales médicos o contenido íntimo. Incluso detalles aparentemente menores —como gustos, rutinas o lugares que frecuenta la víctima— pueden convertirse en herramientas para el acoso.

Los atacantes pueden obtener estos datos mediante la revisión de perfiles públicos, filtraciones de bases de datos, técnicas de ingeniería social, phishing, malware o rastreo de direcciones IP. Una vez recopilada, la información suele difundirse en redes sociales, foros, comentarios de páginas web o incluso mediante mensajes masivos enviados por correo o plataformas de mensajería.

Medidas para protegerte

Aunque en muchos países no existen leyes que regulen de forma directa el doxing, la acción puede involucrar delitos como amenazas, extorsión, robo de datos, violencia digital o violación a la privacidad, dependiendo del alcance del daño.

Protegerse no es imposible, pero requiere hábitos digitales responsables: limitar la información personal que se comparte en línea, usar contraseñas seguras y doble factor de autenticación y mantener los dispositivos actualizados.

Además, verificar los permisos de aplicaciones y servicios, recurrir a VPN para ocultar la IP y ajustar correctamente los niveles de privacidad en redes sociales. También es útil configurar alertas que avisen cuando nuestro nombre o datos aparecen en nuevos sitios web.

En un contexto donde la exposición digital puede convertirse en un arma, episodios como la publicación del colegio de los hijos de una fiscal recuerdan la importancia de cuidar la información que dejamos en línea y denunciar cuando terceros la utilizan de manera malintencionada.