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Cinco comportamientos que están reduciendo tu rendimiento intelectual

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REDACCIÓN INTERNACIONAL.- Nuestro cerebro es un procesador cuya capacidad de almacenamiento es alucinante. Hay humanos que logran preservar recuerdos de sus primeros años de vida con suma claridad y detalle, lo cual no es común. Lo que sí lo es, es que a diario -hasta el final de nuestros días- integramos a la base de datos cientos de nuevos registros, lo que nos da una idea de ¡cuánta información tenemos reservada en tan valioso órgano.

Sin embargo, hay ciertos comportamientos que reducen considerablemente el rendimiento intelectual. Llevan tanto peso en nosotros que impactan en nuestras habilidades para resolver problemas cotidianos, en la creatividad y en cualquier otro proceso cognitivo.

¿Has sentido que tu cerebro se nubla y que no puedes concentrarte en tareas específicas? Sigue leyendo, sabrás a qué se debe esto.

1. Darle mil vueltas a aquello que te hace malestres_laboral-estres-pyme-preocupacion-cansancio_ELFIMA20141014_0008_1

Persistir en rebobinar situaciones que desequilibran la estabilidad emocional, por ser frustrantes, tristes o mentalmente estresantes, es un hábito que golpea a cualquier ser humano en algún punto de su vida. Llevar como carga este tipo de pensamientos no sólo debilita el espíritu, sino que además, tiene impacto en el funcionamiento cognitivo. El cerebro, al estar sometido a tanta tensión, se debilita y se dispersa.

2. Desahogarse de manera ineficaz

Cuando atravesamos por circunstancias poco alentadoras, es natural que queramos sacarlo todo a flote con alguien de confianza para desahogarnos y sentir algo de alivio. Pero no siempre el acto del desahogo responde al propósito de drenar para aliviar.

Si relatamos lo que encendió las alarmas en nuestro interior para revivir la ira, la angustia y todas aquellas sensaciones que derivan del hecho, hacemos del problema un asunto aún mayor, entonces ¿qué sentido tiene el desahogo ineficaz? Ninguno, esto impacta directamente en el ánimo y en el rendimiento intelectual.

3. Preocuparse demasiado

ANSIEDAD

La vida es como una ruleta rusa, vivimos altos y bajos. A veces se mueve tan vertiginosamente que nos preocupamos…nos preocupamos demasiado. Y la intranquilidad que nos provocan asuntos que a veces no merecen el desgaste emocional, conlleva a una serie de contrariedades que atacan a nuestro rendimiento intelectual.

No es cuestión de vivir danzando despreocupadamente en un campo de margaritas todo el tiempo, pero ocuparse en lugar de preocuparse compensa un poco el desequilibrio que la ansiedad le provoca a tu cerebro. Darle rienda suelta a la preocupación no resolverá absolutamente nada. Toma un tiempo para relajarte y respirar.

4. Las cuentas emocionales no resueltas

No somos inmaculados. Erramos y lidiamos con la culpa. Algunos piden perdón y se perdonan así mismos cuando se equivocan, mientras que otros hacen la vista gorda, se evaden la realidad y esto de la “culpa” les pasa factura tarde o temprano.

La culpa no resuelta crea una distracción severa en el cerebro, perjudicial para el rendimiento intelectual. La solución está en autoanalizarnos y meditar cómo resolvemos este asunto pendiente para darle una bocanada de aire fresco a nuestro cerebro y liberarlo para que se ocupe de tareas menos intrincadas y más interesantes intelectualmente.

5. Ahincarse al rechazo

El rechazo colisiona con el estado de ánimo cual bomba nuclear cuando no se canaliza con inteligencia emocional. Como las emociones y las funciones del cerebro están conectadas, al ser rechazados nos volvemos más críticos con nosotros mismos, causando que nuestra autoestima se rebaje muchísimo y que nuestra atención se dirija a lo nocivo, nuestro rendimiento intelectual se va cuesta abajo en compañía de todas estas emociones tóxicas.

Fuente: supercurioso.com

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