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Batalla Electoral 2024

Ejemplo cívico

Desde tempranas horas de la mañana, el pueblo dominicano ha comenzado a dar un ejemplo cívico haciendo filas en los centros de votación para participar en las elecciones y de esta forma ejercer un derecho constitucional y fortalecer la democracia nacional.

La respuesta de la dirigencia partidaria ante esta nueva demostración de madurez y responsabilidad de los dominicanos debe ser un comportamiento civilizado, sin violencia de ningún tipo.

Es de esperar que los temores sobre una eventual compra de cédulas y otras preocupaciones externadas a los observadores internacionales por varios candidatos presidenciales sean finalmente disipados por la ausencia de tales prácticas aberrantes.

Si la democracia dominicana realmente ha avanzado en la medida que la clase política lo proclama de tiempo en tiempo, estas acciones deberían ser ya cuestiones de un pasado felizmente superado, al igual ha debido ocurrir con el ominoso fantasma del fraude electoral que tantos conflictos ha provocado a lo largo de nuestra historia contemporánea.

El amplio respaldo recibido por la Junta Central Electoral para la organización y montaje de las elecciones de mañana domingo, tanto de entidades locales como el Conep y las iglesias de todas las denominaciones, es un reconocimiento al cronograma que ha seguido para garantizar unos comicios en que la voluntad popular se exprese de forma libérrima.

Con la más reciente decisión de su pleno al extender a las elecciones municipales y congresuales el conteo manual de votos, en adición al electrónico, tal como se había aprobado previamente en el nivel presidencial, la Junta demostró nuevamente receptividad frente a reclamos de los partidos de la oposición.

De esta forma también se complació a los observadores de la OEA y de Unasur, que habían abogado por despejar este crucial tema de cualquier tipo de dudas con respecto a la credibilidad del proceso electoral en su etapa final.

Todo esto refleja el gran interés de la comunidad internacional y principalmente la hemisférica, de que el pueblo dominicano asista de forma masiva a unas elecciones transparentes en un ambiente tranquilo y seguro, como esperan los ciudadanos inspirados en los mejores intereses patrios.

Por encima de los intereses del oficialismo o de la oposición y de las legítimas aspiraciones de ambos sectores de alcanzar posiciones públicas para aplicar sus proyectos, lo más relevante, lo que se necesita obtener es la celebración de unos comicios en una atmósfera de total orden en que se garantice el derecho al voto y todos los partidos deben ser compromisarios de ese sagrado deber cívico.

Para el logro de ese vital objetivo, que debe ser compartido por todas las corrientes político-partidarias, independientemente de sus diferencias programáticas, es indispensable que se observe un comportamiento sensato y respetuoso en las urnas y en general en todas las áreas de los centros de votación.

Tan importante como esto es que los candidatos a todos los niveles y de manera particular en la postulación presidencial, se abstengan de darse como ganadores y hacer pronunciamientos triunfalistas, antes de que tal veredicto provenga, como establece la ley y la razón, a través de los cómputos finales de la Junta.

Después de cumplir con su derecho al sufragio universal, los ciudadanos deben retirarse a sus casas y esperar con tranquilidad el resultado de las votaciones y para que esto sea posible, la dirigencia partidaria tiene que ser la primera en exhibir una postura prudente y equilibrada.

De esta forma se evitarán sobresaltos y cualquier asomo de violencia que pueda empañar el proceso, que será seguido a nivel internacional por cadenas informativas y diferentes medios de información. Tenemos que darnos cuenta del papel delicado que tenemos a la vista dentro de pocas horas, ya que de la forma en que transcurra hablarán los observadores electorales que nos acompañan.

En vista de que la Junta ha advertido que por la extensión del conteo manual, los cómputos no serán tan rápidos y fluidos como se había prometido originalmente, antes de que surgieran las objeciones al escrutinio electrónico, conviene asumir una buena dosis de espera y comprensión. Es de esperar que todo esté bien clarificado a más tardar a la medianoche del domingo, para que la gente duerma tranquila y se incorpore el lunes a sus actividades cotidianas.

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