MONTEVIDEO.- El senador y expresidente uruguayo José Mujica considera que el sistema político brasileño «está francamente enfermo» y que la decisión del Parlamento del gigante suramericano tiene «tufo de golpe de Estado» por muy «legal» que sea la decisión de proceder con el juicio político a Dilma Rousseff.
El exmandatario vertió estas opiniones este jueves en una de sus habituales alocuciones radiofónicas en la emisora uruguaya M24, en la cual opinó que la mejor decisión hubiese sido convocar elecciones generales en Brasil debido al «descrédito general» de la política del país.
En ese sentido, apuntó directamente al nuevo presidente interino de Brasil, Michel Temer, del que dijo que «está acusado y demandado en la Justicia», aunque también destacó que «el 50 % de los parlamentarios (brasileños) están de una forma u otra con cuentas pendientes con la Justicia».
Temer, que tendrá que esquivar una amenaza de juicio político presentada por motivos similares a los que han obligado a Rousseff a apartarse temporalmente del poder -firmar decretos que facilitaron el maquillaje de las cuentas públicas en los dos últimos años-, también aparece mencionado en una investigación del Tribunal Electoral por la presunta financiación ilegal de la campaña de 2014.
Además, Temer fue citado por delatores en la investigación de Petrobras, pero hasta ahora la Fiscalía no ha solicitado autorización para abrirle una investigación.
Según el punto de vista de Mujica, unas nuevas elecciones no se concretaron debido a que esa decisión debía emanar de un Parlamento cuyos representantes no están dispuestos a perder sus fueros.
«Por más legal que sea la decisión que se tomó en Brasil, no deja de tener todo un tufo de golpe de Estado muy reglamentario, porque a una decisión popular expresada con votos se le enmienda la plana, no por asuntos penales, que podría entenderse, sino por una cuestión de mala administración o como se le quiera llamar», señaló Mujica.
Por otro lado, calificó de «dramático remiendo» la decisión adoptada por el Parlamento brasileño y opinó que la misma agravará las consecuencias de la crisis económica que atraviesa el país, que cerró 2015 con una contracción de su economía correspondiente al 3,8 % de su producto interior bruto (PIB).
Sobre ello, Mujica enfatizó que los que más sufrirán esas consecuencias que augura serán los «40 millones» de personas que vivían en «estado de pobreza» y que pasaron a ser clase media gracias a las medidas de la propia Rousseff y de su predecesor y mentor político, Luiz Inácio Lula da Silva.
Para comparar esa previsión, Mujica señaló que las rápidas medidas que ha tomado el nuevo Gobierno argentino a raíz de la elección de Mauricio Macri como presidente han repercutido «multiplicando abruptamente» la cantidad de pobres en el país.
«La política de recortes, de disminución de gasto, por las razones que fueren, no entro a discutirla, están repercutiendo en los gasto sociales y, naturalmente, en el campo de los salarios más bajos, de peores ingresos. (…) Como siempre, los sectores más débiles cuando la economía se resiente son, en general, los más afectados», dijo sobre Argentina.
