REDACCIÓN INTERNACIONAL.- La fresa es una de las frutas que más nos apetece en el verano y, para nuestro cuerpo, es una de las mejores frutas que podemos consumir.
La composición de la fresa es una de las más nutritivas en cuanto a fruta y es completamente recomendable para tomar sin límites. Sin embargo, las personas que tengan alergia a esta fruta deben evitar comerla y, las personas que sufran de diabetes, deberán ir con mucho cuidado en ingerir grandes cantidades.
Composición de la fresa
La composición de la fresa es la siguiente, por cada 100 gr. de porción.
Calorías 34.5
Hidratos de Carbono (g) 7
Fibra (g) 2.2
Potasio (mg) 150
Magnesio (mg) 13
Calcio (mg) 30
Vitamina C (mg) 60
Folatos (mcg) 62
Vitamina E (mg) 0.2
Propiedades Nutritivas
La fresa es una de las frutas que nos aporta más calorías y muchos hidratos de carbono, por lo que será una fruta ideal para los niños y para los deportistas.
Por otro lado, la fresa tiene una gran cantidad de agua, lo que nos ofrecerá una gran hidratación durante los días más calurosos y en los días en lo que tengamos que hacer mucho esfuerzo. Los minerales que tiene la fresa nos ayudarán a tener una mejor circulación, el equilibrio de agua necesario para las células y, sobre todo, nos irá muy bien para podernos concentrar mejor. Además, las vitaminas son un gran aporte de antioxidantes, los cuales nos permitirán evitar el envejecimiento prematuro de la piel, evitar ciertas enfermedades degenerativas y una gran cantidad de cánceres.
La fresa es además de lo más importante en el desarrollo de los niños, pues les permitirá concentrarse mucho mejor y desarrollar sus cerebros más fácilmente.
Por todas sus propiedades, la fresa es una de las mejores frutas que podemos consumir durante todo el año. Pese a que sea una fruta que puede costar encontrar en invierno, ahora tenemos la posibilidad de comerla durante todo el año gracias a las grandes exportaciones que se hacen de ellas.
Aunque el precio puede ser más elevado, es una de las mejores frutas para comer equilibradamente; por ello, es esencial que esté en nuestras dietas durante todo el año. En invierno se pueden conservar durante 4 días o una semana sin necesidad de nevera, pero en el caso de que estén en un sitio en el que hay calor, deberemos dejarlas en la nevera, lo que nos permitirá que nos duren una semana u 9 días.
En verano, es de lo más importante que las dejemos en la nevera y nos aguantarán entre tres días y una semana en función del punto de madurez en el que se encuentren cuando las compramos.
