BOGOTÁ, Colombia.- El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, reiteró este martes su deseo de acelerar el proceso de paz que su Gobierno mantiene con la guerrilla de las FARC al despedir a los negociadores del Ejecutivo, que viajan este martes a La Habana para abrir la etapa final de conversaciones.
«(Los negociadores) van con unas instrucciones muy claras: meterle el acelerador al proceso para que pongamos fin lo más pronto posible a este conflicto armado que tanto, tanto daño le ha hecho a nuestro país», declaró Santos en una alocución desde la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo.
El mandatario mantuvo una reunión de dos horas con el jefe del equipo negociador, Humberto de la Calle, y el alto comisionado para la paz, Sergio Jaramillo, para ultimar los detalles de la agenda de trabajo que ambos llevarán a Cuba, que ya fueron definidos la semana pasada en un encuentro en la ciudad de Cartagena (norte).
Al término de aquella cita, en la que también participaron asesores de paz extranjeros, Santos anunció que los negociadores trabajarían a partir de ahora en «sesión permanente» en La Habana con el fin de avanzar más deprisa en el punto que queda por acordar y poder firmar la paz a más tardar el próximo 23 de marzo.
Según dijo hoy el mandatario, «el Gobierno tiene toda la voluntad para que esto sea una realidad», si bien admitió la dificultad del punto que falta por abordar, referido al desarme y desmovilización de guerrilleros y el alto el fuego bilateral y definitivo.
«Sabemos que los temas que se van a discutir y que quedan todavía por definir son temas sensibles, son temas complejos. Pero con voluntad política lo podemos superar y por parte del Gobierno existe esa voluntad política en forma clara y contundente», comentó.
Las negociaciones de paz se retomarán mañana miércoles en La Habana, sede de los diálogos de paz desde que estos se iniciaron en noviembre de 2012.
Tras más de tres años de diálogos, las partes han alcanzado acuerdos sobre propiedad de la tierra, participación política, erradicación de cultivos ilícitos y víctimas, que incluye el espinoso asunto de la justicia transicional que se aplicará en un eventual posconflicto.
