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16 Abril 2024

El pacto todo incluido entre Leonel y Danilo

A la memoria de mi entrañable e incondicional amigo Harold Priego, creativo “oficial” de mis actividades evocatorias de mártires y gestas patrióticas”.

Hoy hace un mes que fue publicada la 1ra. Parte de esta Pancarta,  cuyo 7mo. párrafo y siguientes dicen:  “La población testimonia lo que nunca había visto: legisladores representantes de una y otra parte escenificando un mercado de invalores”. 
“Senadurías, diputaciones, ministerios, pensiones, contratas millonarias, suministros a dependencias gubernamentales, funciones oficiales, exoneraciones de todo tipo y una gama asombrosa de atractivos, figuran como demandas y ofertas, incluyendo protección judicial”.  “Mientras un sector se está cotizando en euros, el otro sector está en posiciones para negociar, siempre con impunidad para todos. Esto es incalificable. Pero igual de incalificable, o el mismo calificativo aplica para quien pacte bajo esa presión”.
Al cabo de un mes, lo dicho en los citados tres párrafos se ha cumplido al pie de la letra, aunque jamás se me ocurra relacionar el vaticinio con el personaje “Boquechivo” de mi hermano Harold.
En efecto, durante este mes la población ha “visto y oído” (Susana Morrillo) ese espectáculo deprimente encabezado por Leonel Fernández y Danilo Medina, ambos con sus respectivos anillos y huestes de legisladores.
Luego de la comedia del Senado aprobando “a unanimidad” el “flú” reeleccionista de Danilo Medina, ahora los diputados también lo aprobarán al vapor.
Al margen de lo establecido para dar luz verde al proyecto reeleccionista, salta a la vista de todos los dominicanos la avalancha de recursos estatales que baja desbordada como la creciente de un río navegable. Esos recursos bajan porque parten de arriba: el poder gubernamental, aunque pretenda negarlo la vocería gubernamental. 
Cuando se premia con la reelección a los legisladores leonelistas y salen premiados  manteniendo en sus cargos a los funcionarios pro-Leonel, se toca una “rumba abierta para el baile” con los estamentos estatales: curules legislativas, ministerios, embajadas, consulados, funciones parasitarias y la caterva de titulares de asuntos sin importancia.  
Pero al costo irritante de esos recursos-estamentos, se agrega lo que el Palacio dispondrá sacando del presupuesto para satisfacer o conformar a los aspirantes danilistas a cargos legislativos, que se quedaron como “perico en la estaca” al privilegiarse a los leonelistas.
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