Un cordal saludo para todos mis queridos lectores, esperando se encuentren bien en unión de sus seres queridos.
El Papa Francisco dijo hace unos días: “Que nunca ha visto un cortejo fúnebre que lleve una mudada detrás”.
Y yo siempre he dicho que no he visto un carro de esos que utilizan las compañías para cargar dinero y llevarlo a los bancos, en una prospección funeral.
Que nos quiere decir todo esto, que todo pero todo lo que poseemos se va a quedar aquí en esta tierra el día que partamos a la presencia del Señor. No importa cuanto tengamos, no importa el dinero que poseamos todo lo terrenal, es pasajero, nada es eterno, solo es eterna la verdadera riqueza que nos va a proporcionar Dios el día que nos llame a su presencia.
Sin embargo los seres humanos nos preocupamos por tener más y más, y el que tiene una casa quiero una de recreo y cuando la obtenemos entonces queremos otra y así. El que tiene muchos negocios quiere tener mas, el que tiene mucho dinero en el banco quiere tener mas, total después para morirnos y no podernos llevar nada.
El dinero, las riquezas y las posesiones son siempre un gran atractivo. Tener una televisión grande, poseer una mansión inmensa, carros lujosos, muchísimo dinero en el banco y otras cosas más, son el sueño de todo ser humano. Tengamos en cuenta que las riquezas en si no son malas, de hecho la Biblia nos dice en el libro del Eclesiastés, Capitulo 5, Versículo 19: “Si Dios nos concede ganar mucho por causa de nuestro trabajo lo podemos disfrutar porque es un regalo que El nos da”. Lo malo esta en poner todo nuestro corazón en todas esas cosas materiales y olvidarnos de Dios, por eso Jesús dijo: Es mejor hacer riquezas en el cielo, donde son eternas, y no aquí en este mundo, donde algún día van a perecerán.
En Mateo Capitulo 13, Versículo 22 dice: “Las riquezas provocan afanes y no dejan que la Palabra de Dios de frutos en ellos”. El tener macha riquezas se puede convertir en una gran obsesión para aquel que las posee, puesto que puede hacerle desviarse de los caminos de Dios solo por acumular más y mas, y no dejan que la persona de los frutos que debe dar.
Definitivamente el amor al dinero y al tener es de donde proceden todos los males. Vemos como hoy en día en muchos pises los crímenes, corrupción, violencia y traiciones se cometen por el deseo de tener más y más. Las personas que posen muchas riquezas tienden a convertirse en elitistas, y a discriminar a aquellos más pobres que ellos. Dios no discrimina a nadie, para el todos somos iguales ante El, lo mismo es el rico que el pobre, el negro que el blanco, el hombre que la mujer, el de una nacionalidad u otra, somos nosotros los humanos los que discriminamos, y decimos: “Tanto tienes, tanto vales”.
Las riquezas terrenales, no salvan, y no son eternas. Por más grande que pueda sentirse quien posea muchas riquezas, estas nunca lo salvaran.
Termino con el Versículo 19 del Capitulo 6 de San Mateo, que dice: “No acumulen tesoros en le tierra donde la polilla y los gusanos los destruyen y donde los ladrones derriban el muro y los roban”